El 5º grado de Primaria del Colegio Miguel Hidalgo tuvo la oportunidad de hacer una visita virtual guiada al Museo Nacional de las Culturas del Mundo, que esta ubicado en la CDMX, gracias a la tecnología, conocieron sobre la historia y misterios de otros países, reforzando temas de geografía y matemáticas, pero lo más importante es que pudieron trabajar y desarrollar su parte artística.
El museo se encuentra en Moneda 13, Centro Histórico, CP 06060, Cuauhtémoc, Cuauhtémoc, Ciudad de México.
El Museo Nacional de la Culturas fue inaugurado en diciembre de 1965, en un inmueble histórico del siglo XVIII que ha tenido diferentes usos: Casa de Moneda; Cuartel de guardia de los Supremos Poderes; Ministerio de Hacienda; Suprema Corte de Justicia; bodega de la biblioteca y archivo de la Universidad; Correo; Departamento de Estadística; Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; casa y oficina del ministro de Relaciones Interiores y Exteriores; Sociedad Mexicana de Historia Natural; Oficina impresora de estampillas; Procuraduría; Departamento de Fotografía de la Secretaría de Guerra; local de acuñación en níquel; cuartel de bomberos; Talleres Gráficos de la Nación, y sede de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
Allí se fundó, en 1865, el primer museo del país, que llevó por nombre Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia.
Recorrido
Este museo es único en América Latina debido a su temática y a sus colecciones, enfocadas en la difusión de la diversidad cultural del mundo. La historia de su acervo es interesante, ya que procede de la amistad de México con otras naciones. El recorrido está distribuido en tres grupos de salas:
Arqueológicas e históricas
Prehistoria
Se muestra el desarrollo de nuestros antepasados, las variaciones de su constitución física y la forma de vida de las especies que nos antecedieron. Se exhiben algunas de las manifestaciones culturales más significativas, como la fabricación de herramientas y la elaboración de pinturas y esculturas, evidencias de la capacidad de aprendizaje y simbolización.
Civilizaciones agrícolas
Hace aproximadamente seis mil años se desarrollaron grandes regiones agrícolas: Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates; Egipto, en las márgenes del río Nilo; la planicie regada por el río Indo, y China, en los valles y llanuras cercanas a los ríos Hoang Ho (Amarillo) y Yang Tsé.
Mesopotamia
En esa región se desarrolló una de las culturas más importantes de la historia occidental. Habitada por diferentes grupos, allí apareció el uso del barro cocido para la construcción y se organizaron verdaderas ciudades desde las que se administraba y dirigía la producción.
Egipto
Como en el resto de las sociedades agrícolas, el pueblo egipcio contaba con una religión que contemplaba la existencia de una vida después de la muerte. Se pensaba que los difuntos debían comparecer en un juicio ante Osiris, pero también podían permanecer en su lecho mortuorio y gozar allí de lo que habían tenido en vida. Se exhibe la réplica de un sarcófago, donde era colocado el cuerpo embalsamado, así como objetos originales y réplicas de esculturas funerarias.
China
La edad de bronce comenzó en esa región hacia el siglo XIX a.C. y finalizó con las primeras fundiciones del hierro, en el siglo VII a.C. De esa época son los objetos de bronce de exclusivo uso ritual: armas pequeñas, espejos, copas y vasijas decoradas con máscaras de animales utilizadas como ofrenda a los dioses y los difuntos. Sin embargo, la esencia de la civilización china es el arte de la escritura, con cuatro mil años de historia escrita, periodo en el que se inventaron el pincel, el papel, la impresión con planchas de madera, la imprenta y el papel moneda, que más tarde se extendería al resto del mundo.
Arqueología de América
Hace aproximadamente cinco mil años parte de la población americana se dedicaba ya a la agricultura como actividad principal. Dos fueron las grandes regiones agrícolas: Mesoamérica y el área andina, que basaron su economía en sistemas de riego para producir maíz, frijol, calabaza, chile, cacahuate, papa y mandioca. Se domesticaron animales como el guajolote, el perro y el cuyo para el consumo y la llama, alpaca, vicuña y guanaco para el transporte y la obtención de fibras textiles.
Históricas
Cultura grecorromana
Uno de los elementos de toda cultura es la mitología, que explica los orígenes, valores y características de cada pueblo: la civilización grecorromana desarrolló mitos que perduran hasta nuestros días y reflejan su concepción del hombre. Fue común su representación en pinturas, cerámica, monedas y esculturas. En esta sala se aprecian reproducciones de Poseidón, Atenea y Hermes. Puesto que las tierras griegas no son muy fértiles, sólo se cultivaban el olivo, la vid y el trigo. En contraparte, su posición en el Mediterráneo favoreció el comercio marítimo, gracias al cual sus habitantes recibieron la influencia de Asia, el noreste de África y el resto de la Europa mediterránea.
Japón y Ainus
Se ofrece un panorama histórico que explica el largo aislamiento de la cultura nipona hasta mediados del siglo XIX. De igual manera se expone el arraigo a sus tradiciones, que persiste en nuestros días. La organización social de Japón desde el siglo XVII hasta mediados del XIX, conocido como periodo Tokugawa, era jerárquica y rígida.
Etnográficas
Norteamérica
Ésta es una de las colecciones más ricas del museo, desde el punto de vista etnográfico. Está organizada en las áreas culturales, desde el Ártico hasta los bosques. Se exhiben objetos que revelan un alto grado de adaptación al medio, pertenecientes a los esquimales de las costas e islas árticas de Alaska, Canadá y Groenlandia. La caza de focas y caribúes determina la vida nómada de este pueblo, que aprovecha el producto de la caza para elaborar vestidos, tiendas, cubiertas de embarcaciones, utensilios como arpones e incluso grasa, que se quema en lámparas de piedra para obtener calefacción y luz. En contraste, la costa noroeste, que corre desde el sur de Alaska hasta el norte de California, es el hábitat de un pueblo sedentario que, sin ser agricultor, vive gracias a la abundancia de recursos marinos, entre los que destaca el salmón. Una maqueta de las grandes casas de cedro adornadas con postes totémicos se exhibe en la sala; en ellas vivían entre 20 y 100 personas bajo el mando de un jefe. Además se muestran ejemplos de su destreza para tallar la madera, como postes totémicos, máscaras rituales y cajas de almacenamiento. En ellos se representan los mitos de algunas tribus, como los tlingit, kwakiútl, tsmshian, nootka y haida. Otros ejemplares excepcionales son el cobre y una manta achilkat, objetos suntuarios de los jefes de más alto rango y que podían ser regalados durante la festividad llamada potlatch, con la que refrendaban su jerarquía. En la región de los Grandes Lagos, que forma parte de la extensa área de bosques que comprendía desde la costa atlántica hasta el Misisipi, se desarrollaron pueblos que, gracias a la riqueza y variedad de recurso naturales, ponían igual énfasis en la caza, pesca y recolección que en la agricultura de maíz, frijol y calabaza. De esta área se exhibe la maqueta de una casa larga. Construida con madera y cortezas de abedul, es la habitación típica de los pueblos de los bosques. En ella se observa la distribución de los objetos de sus habitantes, como raquetas para caminar en la nieve, una canoa de corteza, armas, monteros, instrumentos de labranza, lugares de almacenamiento de pieles y granos, así como el espacio destinado a los fogones para calentar el ambiente.
Sureste de Asia
Esta región comprende las penínsulas de Indochina y Malaca, el archipiélago de Indonesia y las islas Filipinas. Los grupos semang de Siam, dedicados a la caza y la recolección, están representados con objetos de bambú como cerbatanas, carcajes, dardos, un tarro contenedor de veneno y la paleta para untarlo. En ocasiones se habla de la cultura del bambú para referirse a ellos, pues fue la planta más aprovechada en la zona gracias a su dureza y flexibilidad, que permite la fabricación de gran cantidad de utensilios, como recipientes, cuchillos, adornos, peinetas e instrumentos musicales, algunos de los cuales se exhiben en sala. Los grupos cultivadores de arroz se organizan en tribus y son descendientes de los constructores de los antiguos imperios, que edificaron importantes obras arquitectónicas e hidráulicas y controlaron el comercio marítimo entre India y China. Destacan los trabajos en metal, como armas y joyería, en los que se aprecia la destreza en el arte de la orfebrería.
Mares del Sur
Esta gran región está integrada por cuatro áreas culturales: Melanesia, Polinesia, Micronesia y Australia. Los pueblos hortícolas y cazadores de Melanesia desarrollaron una cultura material que giraba en torno a los orígenes de la aldea, la supremacía del hombre y los ritos propiciatorios para favorecer las actividades productivas. El llamado triángulo polinesio comprende, al norte, las islas Hawai; al este, la isla de Pascua, y al oeste, las islas de Nueva Zelanda. La comunicación en esta zona se llevó a cabo gracias a la habilidad para la construcción de embarcaciones con flotadores laterales, que daban estabilidad en alta mar (se exhiben en sala maquetas de estas canoas). La sociedad polinesia estaba dividida en horticultores, guerreros, sacerdotes y una casta dominante que comprendía a un jefe y su familia, a la que la comunidad debía veneración, tributo y obediencia. Micronesia es un área con características comunes a las dos anteriores. Sobre ésta se destacan las diferencias en las tallas en madera de máscaras que, en contraste con las melanesias, sólo son pintadas en blanco y negro. Se exhibe la reproducción de un mapa empleado por estos pueblos navegantes. Por último, Australia está representada por pueblos cazadores recolectores, con una cultura material en apariencia pobre. Como pueblos nómadas, su utillaje era escaso pero eficaz, que es uno de los motivos por los que conservaron su cultura por milenios.
África subsahariana
La sala está agrupada en temas que ilustran la compleja cultura de estos pueblos: magia, música y una síntesis histórica. Muchos de los habitantes del África occidental, pueblos aldeanos dedicados a la agricultura de roza y quema, conviven en frontera con la selva, que simboliza la fuerza vital de la naturaleza. Esta cercanía con animales salvajes está representada en objetos ceremoniales, como la máscara kponyugu, donde un ser fantástico posee fauces de cocodrilo, cuernos de antílope, dientes de jabalí y la piel moteada de la hiena. En la frente lleva un pájaro cálao relacionado con la fertilidad, que sostiene a un camaleón, el primer ser que llegó a la tierra. Cuando aparecen estas máscaras durante los funerales, se considera que llevan consigo el alma del difunto de regreso a la selva.
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