La esperanza de vida o número de años que se pronostica, una persona podrá vivir, se incrementó en el último siglo debido principalmente a los avances médicos, al mayor acceso a los sistemas de salud y a una mayor consciencia de la importancia que tiene la prevención y el autocuidado integral.
En 1900, la expectativa era de 32 años en promedio a nivel mundial. Sin embargo, el incremento a 72 años en 2019 y el pronóstico de que la esperanza de vida continuará en aumento versus la disminución en la tasa de fertilidad (el número de hijos que da a luz una mujer) en varios países y la supervivencia de estos, supone retos que ya comienzan a ubicarse.
Cifras y estrategia mundial
Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, en México había en ese año 15.4 millones de adultos de 60 años y más de los cuales 1.7 millones vivía solo; 41.4% trabajaba y 69.4% presentaba alguna discapacidad. La población de estas edades pasó de representar 9.1% en 2010 a 12.0% en 2020.
En razón de que el número de adultos mayores no sólo crece en México, sino en el orbe (según el Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, la cifra de personas de 60 años o más se incrementará 34% desde mil millones que había en 2019 a 1,400 millones para 2030 y a 2,100 millones para 2050), la Organización Mundial de la Salud OMS definió en la “Estrategia y plan de acción mundiales sobre el envejecimiento y la salud”, cinco ámbitos de actuación prioritarios:
1.- Compromiso para adoptar medidas sobre el envejecimiento saludable en cada país.
2.- Creación de entornos adaptados a las personas mayores.
3.- Armonización de los sistemas de salud con las necesidades de las personas mayores.
4.- Fomento de sistemas sostenibles y equitativos para ofrecer atención a largo plazo (domiciliaria, comunitaria e institucional).
5.- Mejora de los sistemas de medición, seguimiento e investigación en materia de envejecimiento saludable.
Diez años para estructurar y aplicar acciones
Junto con lo anterior, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró 2021-2030 como la “Década del Envejecimiento Saludable”, estrategia que tiene el objetivo de construir una sociedad adecuada a todas las edades con base en cuatro áreas de acción:
1.- Cambiar la forma en que pensamos, sentimos y actuamos hacia la edad y el envejecimiento. Propiciar una comprensión positiva y realista de estos factores para entre otros aspectos, modificar o derogar toda ley, política o programa que permita la discriminación directa o indirecta por motivos de edad, en particular en materia de salud, empleo y aprendizaje a lo largo de la vida, y que impida la participación y el acceso de las personas a las prestaciones.
2.-Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores. Introducir políticas, sistemas, servicios, productos y tecnologías que promuevan la salud y fortalezcan y mantengan la capacidad física y mental a lo largo de todo el curso de la vida y que permitan a las personas seguir haciendo las cosas que valoran, incluso cuando empiecen a perder capacidad.
3.- Ofrecer atención integrada centrada en la persona y servicios de salud primaria que respondan a las personas mayores. Esto por medio de actividades como: el fortalecimiento de la atención primaria de salud para proporcionarles atención accesible, asequible, equitativa, segura y basada en la comunidad, con el apoyo de personal competente, leyes y reglamentos apropiados y fondos suficientes y sostenibles.
4.- Brindar acceso a la atención a largo plazo para las personas mayores que la necesitan. El ideal es que todos los países cuenten con un sistema capaz de atender las necesidades de las personas mayores en lo que respecta a la atención crónica (cuando ya no pueden cuidarse por sí mismas y necesitan apoyo de otros), y en particular de servicios de asistencia y apoyo social que les ayuden en la vida cotidiana y el cuidado personal y les permitan mantener sus relaciones, envejecer en un lugar adecuado, no ser víctimas de maltrato, acceder a los servicios comunitarios y participar en actividades que den sentido a sus vidas.
Según el Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud, el envejecimiento saludable consiste en desarrollar y mantener a edades avanzadas la capacidad funcional que hace posible el bienestar. La capacidad funcional está determinada por la combinación de todas las capacidades físicas y mentales de una persona, por el entorno en el que vive (incluyendo el entorno físico, social y político) y por las interacciones entre ambos.
“La posibilidad de vivir más tiempo es uno de nuestros logros colectivos más extraordinarios. Constituye un reflejo de los avances logrados en la esfera del desarrollo social y económico, así como en la esfera de la salud. Una vida más larga es un recurso increíblemente valioso. Proporciona la oportunidad de repensar no sólo lo que es la vejez, sino también cómo podríamos vivir el conjunto de nuestra vida”, se lee en el plan para el Decenio del Envejecimiento Saludable 2020-2030.
IMAGEN: La sana alimentación es uno de los factores que influye en el envejecimiento saludable. Foto: www.cocinafacil.com.mx.