El psicólogo Luis Eduardo Navarro, dijo a padres de familia de la Secundaria Colegio Miguel Hidalgo que la pandemia de coronavirus, reveló que las emociones (las básicas: alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, anticipación, ira y asco) son contagiosas en la humanidad y ante el regreso a la “nueva normalidad” escolar, es importante considerar que:
1.- Hay aspectos que uno mismo puede controlar, por ejemplo: la actitud positiva, la amabilidad, seguir recomendaciones, encontrar cosas divertidas para hacer en casa como la convivencia familiar o limitar tiempo en redes sociales y el propio distanciamiento social.
2.- Hay situaciones que uno no puede controlar, entre ellas: cuánto tiempo va a durar la pandemia, predecir lo que va a pasar, las motivaciones y acciones (conductas y reacciones) de los demás y si otros siguen las reglas de distanciamiento social.
Otro elemento importante es la resiliencia, entendiéndola como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado adverso. Asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas e incluso salir fortalecido. La comunicación, la observación, orientación y el acompañamiento, son herramientas para fomentarla o fortalecerla en niños y jóvenes.
En la plática “Escuela post-pandemia: entre la emoción y el terror”, destacó que en la pandemia se observan las etapas de un duelo:
-La llamada: hay nuevo virus en China.
-Negación: esto no va a ocurrir aquí.
-Ira: ¿por qué no se tomaron medidas antes?
-Miedo: ¿qué nos va a pasar?
-Aceptación: no queda más que seguir indicaciones.
-Tristeza y sentirse vulnerable.
-Nuevos hábitos y confianza: me cuido, protejo y ayudo a los demás.
-El coronavirus pasa o se queda: soy más fuerte, he aprendido.
Señaló que estamos en las últimas dos etapas de este “duelo ante la pandemia” y es importante preguntarse y responderse ¿qué hacer para aprender de ello?
Por otra parte, recomendó a las familias: fomentar el sentido de responsabilidad compartida (evitar enviar a la escuela a niños con síntomas, no aglomerarse, etc); fortalecer la conciencia interna familiar con sana distancia, uso de cubrebocas y sanitizante; rutinas y hábitos establecidos como alimentación, deporte, descanso, entre otros y la existencia de monitoreo emocional y físico en casa.
A la escuela: aumentar y fortalecer protocolos de higiene y limpieza, promover la participación y colaboración de la comunidad educativa en medidas preventivas, vigilar la continua disponibilidad de servicios de agua, saneamiento e higiene así como enfatizar y promover una conciencia escolar interna.