Hoy es Halloween, una festividad que los celtas celebraban en Irlanda y Escocia para despedir a Lugh, el dios del sol. Hace más de tres mil años era conocida como Samhain o “fin de verano” en irlandés antiguo, para finalizar la cosecha y marcar el inicio de otro año.
Era una de las celebraciones de mayor importancia para los celtas. Duraba aproximadamente tres días y señalaba el fin de la temporada cálida para dar inicio a la oscura y fría.
Los celtas creían que con la llegada de Samhain, se reducía la línea divisoria entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Así que podían pasar libremente espíritus buenos y malos, por lo que había que usar máscaras para ahuyentar a los malignos. Al mismo tiempo se encendían hogueras para ayudar a los espíritus buenos a encontrar su camino.
La fecha coincidía con el equinoccio de otoño. Pero con la invasión de los romanos a tierras celtas en el siglo II antes de Cristo, la celebración original se mezcló con la “fiesta de la cosecha” traída por aquellos y dedicada a la diosa Pomona.
Posteriormente entre los años 600 y 800 después de Cristo, los papas Gregorio III y Gregorio IV que no estaban de acuerdo con las costumbres paganas de los celtas -es decir, creer y rendir culto a varios dioses y sacerdotes druidas-, trataron de suplantar la celebración de Samhain con la fiesta católica de “todos los santos”.
Entonces Samhain comenzó a llamarse Halloween, nombre que es una contracción de las palabras All Hallows Eve o víspera de todos los santos. Es cierto que en la actualidad es mejor conocida con este nombre pero también es verdad que por lo menos en Irlanda y Gales, sigue llamándose Samhain.
Halloween en el nuevo mundo
Con la llegada de la ola de inmigrantes irlandeses católicos a Estados Unidos entre 1700 y 1860, la festividad se extendió también a Canadá. Pero fue hasta 1921 que en Minnesota se llevó a cabo un desfile alusivo y a partir de ahí, la fecha fue ganando terreno. Cobró popularidad con la saga de películas llamadas “Halloween”, de cuna hollywoodense.
Halloween es un día en el que los niños se disfrazan de monstruos o de algún otro personaje fantástico del imaginario colectivo. En penumbra, salen de sus hogares y tocan la puerta de las casas vecinas para pedir dulces y en caso de no recibirlos, hacer alguna travesura.
Los hogares se llenan de color con luces e inflables de vampiros, calabazas terroríficas, tumbas de cartón y coronas de hojas secas.
Halloween es considerada una fecha importante para los estadounidenses. Pero con el transcurso de los años países como Chile, Colombia, México y Perú se sumaron a esta celebración. Actualmente es común salir a calles mexicanas y ver a niños, jóvenes y adultos disfrazados y cargando un contenedor en forma de calaverita, fantasma o calabacita, lleno de golosinas o frituras.
Al ritmo de: “mi calaverita tiene hambre, mucha hambre ¿no tendrá algo por ahí?”, los grupos de pequeños monstruos hacen su recorrido repartiendo sonrisas y recordando a los adultos que el mundo de los muertos está más vivo que nunca.
