El tema de temporada, es la alerta sanitaria que las autoridades emitieron ante el brote de COVID-19, coronavirus y sin lugar a duda, los niños ya están enterados de la situación, lo que pudiera generarles ansiedad.
La Organización Mundial de la Salud, informó que cuando los niños tienen estrés, sus reacciones son diversas: pueden comportarse más dependientes, preocupados, enfadados o agitados, encerrándose en sí mismos o mojando la cama. Por lo que recomendó a los padres de familia o tutores:
1.-Mostrarse comprensivos ante las reacciones del niño y escuchar sus preocupaciones.
2.-En momentos difíciles, los niños necesitan el amor y la atención de los adultos, por lo que se recomienda dedicarles más tiempo y atención.
3.-Hablarles con amabilidad y tranquilizarles.
4.- Cuando sea posible, organizar momentos de juego y relajación con el menor.
5.- En la medida de lo posible, mantener a los niños cerca de sus padres y familia. En caso de separación (por ejemplo, por hospitalización), consolarlos y nutrir el contacto frecuente a través del teléfono u otro medio.
6.-Conservar las rutinas y los horarios habituales en la medida de lo posible, o crear otros diferentes en el nuevo entorno considerando actividades escolares y de aprendizaje, así como momentos para jugar de forma segura y relajarse.
7.- Explicarles lo que ha pasado y cuál es la situación actual proporcionándoles información clara respecto a cómo pueden reducir los riesgos de contraer la enfermedad, utilizando palabras que puedan entender en función de su edad.
8.- Facilitar información sobre situaciones hipotéticas (por ejemplo, un miembro de la familia y/o el niño empiezan a sentirse mal y tienen que ir al hospital durante un tiempo para que los médicos puedan ayudarles a recuperarse).
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