¿Ya tienes lista tu carta para los reyes magos? ¿la pondrás en tu zapato o ya la enviaste al cielo atadita a un globo inflado con helio? Como sea que hagas llegar tus peticiones para este año, mañana probablemente desayunarás o merendarás un buen trozo de rosca de reyes acompañado de un espumoso chocolate caliente.
Te platico que en la época del imperio romano, que inició aproximadamente en el año 27 antes de Cristo, en las fiestas conocidas como Saturnales, organizadas para celebrar el solsticio de invierno con rituales agrícolas en los que se pedía buena cosecha a los dioses, se repartían panecillos redondos hechos con miel, dátiles e higos.
Quizá ese sea el antecedente de la tradición católica de partir y compartir la rosca de reyes para celebrar la Epifanía, que es cuando llegaron los reyes magos al pesebre para conocer al niño Jesús y le ofrecieron incienso, oro y mirra.
En México, todo parece indicar que la tradición inició en los conventos de la época virreinal, años después de la conquista española. Entonces las monjas no se daban abasto con la preparación de este esponjoso pan aromatizado con agua de azahar.
Actualmente hay roscas de diferentes tamaños, sabores, ovaladas o redondas, con o sin relleno pero lo que no cambia, es que adentro guardan una sorpresa para los más afortunados de la noche: una o varias figuritas del niño Jesús. A quien le toque una de ellas, será quien se lleve al niño Jesús de la familia anfitriona para cambiar su ropita, llevarlo a misa y entregarlo el 2 de febrero (Día de la Candelaria) junto con una buena dotación de tamales y atole para celebrar.
Algunos simbolismos católicos
-La forma (redonda u ovalada) de la rosca de reyes, hace alusión al amor de Dios, sin principio ni fin.
– Las frutas encima, la gracia traída por Jesucristo: amor, paz y felicidad.
-El niño de plástico colocado en su interior, simboliza cuando en aquellos años, María y José escondieron al niño Jesús de Herodes.
Imagen: aluminiomonarca.mx