A 114 años del inicio de la revolución mexicana, siguen vivas las canciones que acompañaron a las tropas en su paso por los pueblos y rancherías. Se trata de los corridos revolucionarios que según el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), destacaron por su carácter épico-lírico-descriptivo.
Por lo que también sirvieron como un medio de difusión o comunicación para el casi 80% de la población mexicana que entonces, era analfabeta.
Estos corridos surgieron en el campo de batalla y al fragor de las balas. Los acordes tocados generalmente en la guitarra, acompañaban relatos o historias del héroe anónimo, del caudillo, del fiel corcel, de las mujeres aguerridas o amadas.
Generaron un sentido de pertenencia en los revolucionarios, los motivaron a seguir peleando y también apaciguaron sus penas ante la pérdida del ser querido.
Música que se difundió de boca en boca
Los corridos revolucionarios fueron transmitidos de forma oral por juglares que llegaban a los pueblos. También se popularizaron con el constante traslado de las tropas. Seguramente canciones como La Adelita, Emiliano Zapata, La Cucaracha y Felipe Ángeles, causaron el asombro de los escuchas.
“La revolución montó su brioso corcel recorriendo el amplio territorio nacional, entre las notas de `La marcha dragona´ y los clarinazos cuarteleros de la `Diana´, pero también al ritmo cadencioso de las arrebatadas, alegres o tristonas canciones amorosas y los corridos como aquellos que sabía hacer el juglar de la revolución, don Samuel Margarito Lozano”, describió Pablo Dueñas (QEPD), gerente de la emisora XEB del IMER.
Los corridos revolucionarios forman parte del género musical regional y son el antecedente de otros subgéneros recientes que escuchan algunos jóvenes.
En la actualidad, es frecuente escuchar corridos revolucionarios en los festivales escolares, pues son parte del acervo musical que se hereda de generación en generación. En esta liga puedes escuchar algunas de esas canciones que forman parte de la historia de México.